El 2 de mayo de 1846, Su Majestad la reina Isabel II, en escrito dirigido al fundador y primer Inspector General de la Guardia Civil, Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II Duque de Ahumada, agradeció el buen comportamiento del Cuerpo de la Guardia Civil en las revueltas ocurridas en las calles de Santiago de Compostela (A Coruña) tras la sublevación del coronel Miguel Solís y Cuetos. 

Su Majestad ordenó que, en su nombre, se diera las gracias a los guardias civiles que componían el destacamento ubicado en la propia ciudad y, en especial, al capitán segundo José Sierra, al teniente Lorenzo Vicente Paz y al sargento primero José Recluto, por el mérito demostrado durante la misma. 

Posteriormente, el 12 de diciembre de 1855, la reina Isabel II declaró “Beneméritos de la Patria” al coronel Solís y Cuetos y a quienes fueron fusilados por dicho levantamiento.